Introducción

Los relojes suizos son mucho más que un artículo de lujo. Esto queda de manifiesto para todos aquellos que viajan a La Chaux-de-Fonds o a Le Locle, en el Jura de Neuchâtel, durante el Día del Patrimonio de la Industria Relojera y pueden dar un vistazo a los secretos de esta industria.

Los paisajes urbanos de La Chaux-de-Fonds y Le Locle quedaron marcados por la industria relojera del siglo XIX, motivo por el que la Unesco los declaró Patrimonio de la Humanidad en 2009. El significado de su importancia queda patente el Día del Patrimonio de la Industria Relojera, cuando los talleres y fábricas abren sus puertas al público.

Durante la jornada, los visitantes pueden ver de cerca todo lo que hay dentro de estos pequeños y finos accesorios que han hecho a Suiza famosa en el mundo entero: grabados, correas de cuero, engastes para piedras preciosas, pulidos y complejos mecanismos de relojería. Pero para lograr la perfección suiza, se requiere también de un gran número de especialistas, quienes combinan una tradición centenaria con un incansable espíritu de innovación. Los dos museos del reloj y la visita guiada a las fábricas históricas de la época de esplendor de la industria relojera son una alternativa que vale la pena durante todo el año, en un lugar que en un momento llegó a fabricar la mitad de la producción de relojes del mundo.

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La Chaux-de-Fonds
Jura & Tres Lagos
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Información del viaje: La Chaux-de-Fonds