Introducción

En vísperas del día de San Nicolás, el pueblo Küssnacht al lado del Lago de los Cuatro Cantones resplandece bajo el reflejo de unas doscientas mitras episcopales enormes, elaboradas en cartulina e iluminadas con velas en su interior. Estas Infuln las llevan los hombres, que acompañan a San Nicolás en su recorrido a través del pueblo.

En las calles retumba el sonido de pesadas campanas colgadas del cuello de fuertes mozos, el sonido de los cuernos y, sobre todo, los acordes de la charanga acompañando la letra de "Mänz, Mänz, Mänz, Bodefridimänz". En la década de 1920, Clemenz (Mänz) Ulrich intentó en vano llevar a un terreno más civilizado la antigua costumbre de los jóvenes del pueblo de dar una caza salvaje por el pueblo a Nicolás. La hazaña la lograron sólo sus sucesores en 1928, fundando una asociación para el cuidado y la preservación de la caza a Nicolás.

Tanto en sus formas antiguas como en sus formas corrientes, esta costumbre indica su origen cultual-religiosa, que la inclusión de San Nicolás en forma de obispo apenas encubre. Los Geislechlepfer o chasqueadores, que con su estruendo anuncian la llegada del cortejo, parecen indicar el mismo origen.