Introducción

Cada primer fin de semana en diciembre Al anochecer, San Nicolás, el patrón de la ciudad, subido en un asno se pasea por el casco antiguo encabezando una procesión y desplazándose enseguida hacia una plataforma erigida sobre los soportales de la catedral. Desde esta tribuna, el estudiante que desempeña el papel del santo, dirige un discurso al pueblo.

Éste está salpicado de alusiones satíricas a la vida en Friburgo y en el colegio de San Miguel durante el año que está a punto de cumplirse. Enseguida la procesión vuelve al colegio para participar a un ágape.

Esta tradicional fiesta que se celebra el día de San Nicolás, incluso en otras localidades del Cantón como por ejemplo en Bulle, fue restablecida a principios de este siglo. Se remonta a una antigua costumbre, de la que queda testimonio en Friburgo desde el siglo XVIII: la representación del milagro de San Nicolás. Según cuenta la leyenda, el santo restauró la vida de tres niños que un carnicero había descuartizado y sumergido en un tonel de salmuera. Este cuento, que se representa sobre los soportales de la catedral de Friburgo, le confirió al santo su papel de protector de los niños, sobre todo de los muchachos. Al santo le acompaña muchas veces Santa Catalina, a quien se le considera a su vez protectora de las chicas jóvenes. En épocas antiguas, en Friburgo el 25 de noviembre se celebraba de la misma manera el día de Santa Caterina.