La ruta de senderismo comienza en Riederalp y continúa por Riederfurka. Merece la pena visitar la Villa Cassel recientemente reformada, en la que se ubica el centro Pro Natura Zentrum Aletsch, que ofrece información interesante sobre la conservación del entorno.

Por el otoñal bosque Aletschwald, con cembros de nueve siglos de antigüedad, se asciende al Moosfluh, donde los esfuerzos de los senderistas se verán recompensados con una impresionante vista del glaciar. La fase final de esta ruta de senderismo se dirige al Bettmerhorn. Allí no solo le espera una experiencia multimedia en la exposición sobre el mundo de los glaciares, sino que también podrá degustar un reconfortante tentempié en el restaurante panorámico. El teleférico le llevará cómodamente de vuelta a Bettmeralp y al valle. 

Los visitantes del Gran Glaciar Aletsch disfrutarán de sus impresionantes 23 kilómetros de longitud y 11 000 millones de toneladas de hielo. Esta inmensa corriente de hielo es el glaciar más grande y largo de los Alpes. Si contemplar este fascinante gigante helado no le parece suficiente y también desea explorarlo, podrá hacerlo en compañía de un experto guía de montaña. Los formados guías de montaña se ocuparán de ofrecer una experiencia inolvidable y acompañarán a los huéspedes por el glaciar de manera segura. Además, durante la visita compartirán información de interés sobre glaciología y glaciaciones, así como acerca de la flora y la fauna autóctonas.

La actividad se realiza los sábados y comienza con un acto de bienvenida que se celebra en el estacionamiento de la mina de oro. Ataviados con el material adecuado, los visitantes iniciarán el trayecto de senderismo alpino, que pasa por las ruinas de la mina de oro, donde escucharán interesante información acerca de su historia. Después, y a través de un otoñal bosque de hayas, accederán a las minas de oro.

Tras una introducción a la historia de la explotación del mineral, los visitantes podrán probar suerte y buscar su propio filón de oro. A continuación, y tras disfrutar de un revitalizante almuerzo a base de productos locales, se procederá al lavado del oro en el agua.

El plato tradicional del Valais se llama «cholera» y, sin lugar a dudas, los visitantes de la región deben degustarlo. El nombre tan especial de este plato está relacionado con una época oscura del Valais. Cuando hacia 1830 el cólera se propagaba por el cantón, sus habitantes prácticamente no salían de sus casas por miedo a contagiarse. Por eso, durante ese periodo de tiempo se utilizaban ingredientes que se pudieran almacenar en las alacenas o cultivar en los huertos privados: harina, patatas, peras, manzanas o puerros. Actualmente, el estupendo pastel de verduras de hojaldre o masa quebrada se realiza según diferentes recetas y se rellena al gusto.

Ubicado en el centro de Brig, sus elegantes habitaciones y su característica hospitalidad aúnan la singular tradición del Valais con el diseño inglés de la Belle Époque.

El resultado es un hotel boutique actual, en el que el lujo está a disposición de una inconfundible actitud vital caracterizada por la sencillez, la sensación de cobijo y la receptividad. Además, en combinación con la impresionante naturaleza, las costumbres locales y la misteriosa fuerza de atracción del Valais, el hotel se convierte en un alojamiento único.