Experiencias en Neuchâtel y sus alrededores

Dedicado a la historia de la medición del tiempo, el Musée International d'Horlogerie (MIH) alberga una colección formada por más de 4500 piezas, entre las que se encuentran 2700 relojes de pared y alrededor de 700 relojes de pulsera. Los aspectos técnico, artístico, social y económico de la historia de la relojería se plasman aquí de un modo muy vivo.

Una vía ferrata dispuesta según modelos franceses (o del oeste de Suiza) y perfectamente asegurada. Fascinan el panorama y la vista del fondo desde la amplia pared de roca sobre el valle de Travers. La ruta tiene 550 m, sigue en gran medida salientes naturales, en los que la cuerda de seguridad sirve en su mayoría también como de suspensión. Del 1 de enero al 30 de junio, la vía está cerrada (temporada de anidamiento de los treparriscos).

Con unos desafíos muy divertidos, la yincana «Les Chenapans» invita a jóvenes y mayores a una excursión al casco antiguo de Neuchâtel, donde habrá que buscar murales inspirados en la Belle Époque. Tras 14 etapas llenas de sorpresas y diversión, los participantes más aventajados encontrarán la entrada al arca del tesoro y su contenido. Una actividad de ocio y cultural para excursiones familiares y escolares.

El arte de viajar en la época del tren de vapor.

En las minas de asfalto de La Presta se explotó bajo duras condiciones este material durante más de 100 años para su posterior exportación para la construcción de calles en todo el mundo. En la actualidad, las minas están fuera de operación y abiertas parcialmente al público como un Museo.

Las abejas son seres increíbles: siempre activas, aparentemente desorganizadas, pero al mismo tiempo obedientes de un orden establecido. En Cernier existe la posibilidad de observar de cerca a estos laboriosos insectos.

Monumento nacional, primera obra de Le Corbusier como arquitecto independiente y obra experimental de sus primeras técnicas de construcción. Abierto al público desde finales de 2005.

La fabricación del aguardiente de ajenjo, también conocido como «Grüne Fee (hada verde)», estuvo prohibida durante más de 90 años. No obstante, el consumo legal de esta mística bebida, obtenida de la destilación de diversas plantas y hierbas, está permitido de nuevo desde 2005.

Quesería, galería para visitantes, bar y tienda garantizan una experiencia completa del queso en la zona del Jura y los Tres Lagos.

Un sendero didáctico de la vid con 27 paneles informativos y que se abre camino entre los viñedos. El inicio del sendero de casi una hora se encuentra en el castillo Cressier NE (cantón de Neuchâtel).

Sobre la pequeña ciudad de Neuchâtel se alza el castillo del mismo nombre, magníficamente conservado tras más de 1000 años de historia, que dio nombre a la ciudad. Desde aquí se contemplan las mejores vistas a lo largo y a lo ancho.

El amplio Musée d’Art et d’Histoire está tan solo a un tiro de piedra de la orilla del lago. En sus distintas exposiciones se narran continuamente nuevos aspectos interesantes de la historia de Neuenburg. Asimismo, las famosas colecciones atraen numerosos visitantes, por no hablar del propio edificio, una magnífica construcción de la década de 1880.

El jardín botánico de Neuchâtel se encuentra a mayor altura que la ciudad y representa un lugar mágico para pasear durante cualquier estación. Además, representa una excelente oportunidad para tomar un poco de aire fresco y familiarizarse con las especies vegetales nativas y exóticas a un paso del centro de la ciudad.

El castillo Valangin es un torreón medieval que ha conservado su carácter de torre de defensa a lo largo de los años. Su interior también nos remonta a un pasado muy lejano.

Exposición permanente de mamíferos y aves suizos en su espacio vital natural (cantos de pájaros en altavoces).

Cuando los ríos y riachuelos corren lentamente por la superficie el uso de la energía hidráulica resulta casi imposible. Por este motivo, los habitantes del Valle de Le Locle se decidieron a utilizar los cursos de agua subterráneos y crearon los molinos de las cuevas de “Col-des-Roches”.

En Les Ponts-de-Martel, en la región del Jura de Neuchâtel, se encuentra una de las turberas altas más grandes de Suiza. Un interesante circuito de excursión conduce a través del amplio paisaje hasta llegar al corazón de la turbera roja.

Pista gigantesca de trineo de 700 metros de largo en Vue-des-Alpes – una gran diversión para familias y grupos.

En un lugar mágico, el Château des Monts, del siglo XVIII, se revelan los secretos del tiempo. A través de una completa colección se cuentan los 500 años de historia de la industria relojera. Objetos únicos y asombrosos, como autómatas en miniatura o autómatas de pájaros cantores y relojes de péndulo, fascinan a los visitantes.

Este conjunto histórico-artístico alberga una impresionante colección.

Descubrir Areuse: a veces ancho, a veces estrecho, a veces inquieto y a veces tranquilo.

El Centre Dürenmatt creado por Mario Botta ofrece un entorno de exposición que se presta tanto para la literatura como también para el arte plástico.

Hoy en día llevar un reloj no es cuestión de saber la hora, sino de lucir una joya. En especial los relojes mecánicos, que ocultan una compleja vida interior, son auténticas maravillas de la técnica y un deleite para la vista. En el Centre Horloger de Neuchâtel se les puede dar cuerda en persona.

Descubra un sinfín de emocionantes actividades con perros de trineo en el cantón de Neuchâtel.

La Chaux-de-Fonds es un referente en relojería sin precedentes. Se sitúa a 1000 metros y tiene una disposición tan regular que recuerda a un tablero de ajedrez. La perfecta combinación entre desarrollo urbanístico e industria relojera se ha convertido en patrimonio de la Unesco. Además, Le Corbusier es oriundo de La Chaux-de-Fonds.

Una visita obligada para todos los amantes del vino es el Reben- und Weinmuseum (Museo de la Viña y el Vino), en el imponente castillo de Boudry. Hace más de 2000 años ya había viñedos y vino en esta región. Y de los seis millones de litros de vino elaborados en los viñedos de Neuchâtel en los siglos XVII y XVIII, aproximadamente cuatro millones se consumían en la propia región.

Gran pista de trineo al estilo de una montaña rusa por colinas con árboles y prados.

Las zonas verdes con sombra, los enormes árboles y una playa de gravilla ofrecen diversión y descanso a solo unos minutos del centro de la ciudad. Los senderos serpentean por las amplias praderas y las vistas a la cadena de cumbres de los Alpes berneses dejan sin palabras.

La cresta de la montaña de Neuchâtel está entre el lago de Neuchâtel y el Val de Ruz. En este lugar encontrará una montaña panorámica, un hotel, una ruta sobre la historia de la Tierra y el punto de partida de excursiones por el Jura.