Zug
Ni los habitantes de Zug se hartan de hacerlo: cuando el sol se pone sobre el lago, el horizonte se tiñe de rojo sangre; es entonces cuando todas las miradas quedan cautivadas por el esplendoroso juego de colores del agua. No obstante, el casco histórico también tiene un gran encanto. En él podrá recorrer sus sinuosas callejuelas, pasear junto al lago o admirar el colorido ajetreo de las diversas cafeterías.