El sol baña Locarno con su luz 2300 horas al año. Por ello, es la ciudad más cálida de Suiza. La flora de Locarno se caracteriza por el clima mediterráneo y llama la atención tanto a los amantes de la naturaleza y como al resto del mundo. 

El primer espresso en Locarno siempre resulta muy especial, ya que se lo suele tomar bajo las palmeras disfrutando de las vistas del Lago Maggiore. Con solo un sorbo ya se encontrará en pleno oasis mediterráneo, en el que su mente comenzará a volar. Las plantas mediterráneas, como las palmeras y los limoneros, crecen en medio de la ciudad y le dan su gran encanto.

En medio de una naturaleza extraordinaria, se encuentra la montaña sagrada del santuario de la Madonna del Sasso, en Orselina. Esta iglesia de peregrinación se sitúa en un espectacular saliente rocoso desde donde domina Locarno. La construcción de esta iglesia se remonta a la aparición de la Virgen María. Desde esta montaña sagrada, los turistas pueden contemplar unas vistas increíbles que abarcan todo el valle con el lago y, al fondo, las montañas.

Un pequeño y antiguo tren de cremallera le permitirá llegar al lugar de peregrinación. El viaje ya es toda una aventura. Además del paisaje siempre cambiante, el bosque selvático, a ambos lados, le fascinará. Así como el ascenso resulta de una gran belleza, también el descenso es de lo más impresionante. Y, sin duda, le recomendamos que lo haga andando. Le aguardan los adoquines del Via Crucis con sus estaciones y capillas.

El Via Crucis lleva directamente al casco antiguo de Locarno donde podrá explorar sus estrechas y pintorescas callejuelas e ir de compras por las tiendas locales. Todas las calles le conducirán al corazón de Locarno: la Piazza Grande. En verano todos los años se celebra aquí al aire libre el Locarno Film Festival, uno de los festivales de cine más reconocidos en todo el mundo y que le otorga a la ciudad su reputación.

El paseo ribereño suele ser un punto muy conocido, a la par que concurrido. Asimismo, está a tan solo un tiro de piedra de la Piazza Grande. Dé una vuelta por el paseo ribereño con un helado en la mano mientras observa cómo los barcos zarpan y llegan, o simplemente disfrute de los miles de colores de las flores... ¡Todo ello en un paseo!

El parque de las camelias se encuentra casi al final del paseo, bordeado de parterres de flores. Este parque cuenta con más de 850 variedades de camelias de los más diversos colores. El periodo de floración abarca nueve meses. Sin embargo, la primavera es la época del año en la que las camelias están más deslumbrantes. Y es entonces cuando dan vida al magnífico parque.

Se podría calificar al parque como un pequeño paraíso, sin exagerar. Aguarda a los futuros visitantes para que disfruten de su flora con los cinco sentidos. Los visitantes pueden desplazarse entre plantas en flor y perderse entre la naturaleza, el canto de los pájaros y el sonido de las olas del Lago Maggiore. El parque se encuentra junto al lago. En primavera podrá disfrutar del paisaje de la playa y las palmeras, así como de las vistas a las montañas nevadas. Sin duda, esta gran maravilla es difícil de superar. Es pura dolce vita.