La escena artística de ayer y de hoy
¿Que hay típico suizo en el arte suizo? En principio, no mucho. Si nos fijamos un poco más se pueden identificar ciertas particularidades, pero lo que siempre destaca es la típica modestia helvética.
Suiza ha dado una gran cantidad de artistas plásticos relevantes como casi ningún otro país de su tamaño. Si hacemos caso a las listas oportunas, como por ejemplo al barómetro artístico, en este sentido Suiza se encuentra entre los países más importantes del mundo. A ello contribuyen sin duda veteranos como Dieter Roth y Jean Tinguely, aunque también hay representantes más jóvenes que son conocidos a nivel internacional como el dúo Fischli/Weiss, Pipilotti Rist, Roman Signer, Ugo Rondinone, Olaf Breuning, Urs Fischer, John Armleder, Olivier Mosset, Jean-Fréderic Schnyder, Franz Gertsch, Helmut Federle, Fabrice Gygi o Thomas Hirschhorn.
Relevancia internacional
Los artistas suizos destacaron muy pronto en la escena internacional. Por ejemplo en el siglo XVIII, Johann Heinrich Füssli, nacido en Zúrich, cosechó un gran éxito en Londres con su grotesca y fantástica pintura. En el siglo XIX le siguieron otros pintores como Arnold Böcklin, Albert Anker o Ferdinand Hodler y a principios del siglo XX, el escultor Alberto Giacometti. Gracias a los dadaístas, Zúrich y el Cabaret Voltaire se convirtieron a partir de 1916 en un importante lugar de impulso para la creación artística internacional.El constructivismo: un caso especial
El trabajo de Hans Arp y Sophie Taeuber-Arp desde 1917 y las composiciones planas de Paul Klee y Johannes Itten fueron las primeras manifestaciones del arte constructivista en Suiza. Durante la Segunda Guerra Mundial, el país se convirtió en una suerte de refugio europeo para la vanguardia constructivista, con Max Bill o Richard Paul Lohse como figuras más destacadas. Mientras que después de la guerra el objetivo en Europa era alejarse de todo lo anterior al conflicto, aquí el movimiento constructivista seguía vivo y su pensamiento estrictamente matemático influyó sobre todo en el diseño o el grafismo y por tanto también en la imagen que el mundo tenía de Suiza.La escultura en hierro: una especialidad
En los años 50 surgieron los primeros escultores en hierro, una disciplina artística considerada hasta hoy típica de Suiza. Entre las figuras más destacadas a nivel internacional se encuentran Robert Müller, Jean Tinguely, Bernhard Luginbül, Daniel Spoerri o Dieter Roth.Conexión con Europa
Hacia finales de los años 50, cuando en Suiza se seguían considerando auténtico arte modernista obras de artistas concretos como Cuno Amiet, Max Gubler o Ernst Morgenthaler, una nueva generación formada por ejemplo por Fedier, Rolf Iseli o Matias Spescha representaba al país en las bienales con su arte informal en el más amplio sentido de la palabra. De este modo Suiza se reenganchó a lo que estaba sucediendo en el resto del continente. La consecuencia fue la eclosión, aunque breve, del fenómeno pop-art, que para artistas como Franz Gertsch, Markus Raetz, Max Matter o Urs Lüthi la discrepancia con él marcó de forma especial el inicio de su trayectoria.Espiritualidad suiza
A principios de los años 70 se manifestó una corriente específica suiza que mostraba un gran interés por el mundo interior, por lo pequeño, por el dibujo: los artistas huían de los grandes gestos. Conocidos creadores de pequeños y extravagantes dibujos a lápiz fueron Ilse Weber, Markus Raetz o Hugo Suter.Los locos ochenta
Tras los delicados setenta llegaron los denominados “Neue Wilden" (nuevos salvajes) con exposiciones como "Saus und Braus" o "Stiller Nachmittag". Miriam Cahn, Martin Disler, Peter Emch, Leiko Ikemura, Josef Felix Müller, Klaudia Schifferle y Anselm Stalder son algunos de los representantes de este movimiento cuyas obras pueden entenderse como reacción a las pautas establecidas de las representaciones burguesas. Al mismo tiempo, el dúo Fischli/Weiss presentó la escultura "Plötzlich diese Übersicht", mientras algunos artistas seguían, por así decirlo, con la mirada puesta en la punta de un lápiz en un momento en el que esta perspectiva tenía cada vez más acogida en diferentes medios. Fue el caso de Hannah Villiger, Anna Winteler, Claudia y Julia Müller o Zilla Leutenegger.Una renovada alegría
En los años 90, la espiritualidad anterior se transformó en una alegría que, inteligentemente presentada, pronto se convirtió en diversión. Con la película "Der Lauf der Dinge" de Fischli/Weiss digamos que se inicia la descomposición de todo falso respeto por la producción artística. Roman Signer consiguió gran notoriedad con un trabajo al que dedicó 30 años. También se aprecia una despreocupada seguridad en sí mismos en artistas como Pipilotti Rist, Daniel Buetti o Ugo Rondinone, al igual que en Costa Vece y Lori Hersberger.Y de repente, el infinito...
El arte actual abarca ahora más que nunca intervenciones que se infiltran en la sociedad y que no necesitan ningún marco institucional. Los límites entre el arte y otras formas de expresión desaparecen a la vista de todos. A esto hay que añadir la inclusión de nuevos medios y la aceleración de la internacionalidad que ello implica, sin olvidar las más infinitas formas de presentación en museos, galerías internacionales, bienales y ferias de arte. Todo ello ha convertido el arte contemporáneo en un espacio inabarcable con numerosos actores. No es de extrañar pues que un recorrido por el arte de hoy en día resulte tan fascinante.Enlaces:
Lista de pintores y artistas gráficos suizos SIKART – Enciclopedia de arte suizo del Instituto Suizo de Bellas Artes Dossier de arte suizo, televisión suiza Artnet Magazin sobre la escena artística en Suiza