Arosa, en la parte posterior de Schanfigg, a 1800 m s.n.m., es uno de los lugares de deportes de inverno con más tradición de Suiza. Desde la unión con Lenzerheide, la estación de esquí cuenta con 225 kilómetros de pistas.

Noldi Heiz, de 58 años, es de Flawil en Toggenburg (SG). Dirige la escuela de esquí de Arosa desde hace 22 años. Se considera proveedor de servicios para los visitantes y, por eso, también participa en el consejo de administración de Arosa Tourismus y en el comité organizador de la carrera de la Copa del Mundo de Skicross.

Mientras Arosa se despierta lentamente y la mayoría de los visitantes siguen durmiendo, Noldi Heiz ya está fuera. Antes de que el director de la escuela de esquí llegue a la oficina, visita todas las escuelas de esquí del pueblo. Teniendo en cuenta el tamaño de Arosa, lleva tiempo. Entonces se le puede encontrar en todas partes. ¿Va todo a la perfección en la taquilla? ¿Cómo de ocupados están los monitores de esquí? ¿Dónde está el disfraz de oso? ¿Está preparado el material para la carrera de esquí? ¿Dónde se reunirá la abuela con su nieto tras la clase? Dondequiera que haya un problema del día a día en la escuela de esquí, Noldi Heiz es el hombre que vuelve a enderezar las cosas. 

Guardería propia de la escuela de esquí, alojamiento en hotel con clases de esquí gratuitas, ofertas a medida para falsos principiantes o la digitalización del sistema de reservas, incluida la aplicación para los monitores de esquí. Noldi Heiz sigue impulsando la escuela de esquí con inventiva e innovación. Siempre atento a que los visitantes disfruten de unas vacaciones de invierno inolvidables gracias a las ofertas atractivas y al buen servicio.

El punto de encuentro de la escuela de esquí, que hasta hace un rato estaba desierto, ahora parece un hormiguero. En los días clave hay hasta 200 monitores de esquí en acción. La escuela de esquí de Arosa es una de las más grandes de Suiza. Decenas de niños corren en busca de sus clases de esquí. Los padres les llevan los bastones y los cascos que se han dejado atrás. Los monitores de esquí animan con pasión a los pupilos más tímidos y bromean con los más atrevidos. Y como siempre, en medio, el director de la escuela de esquí, Noldi Heiz, que sigue acompañando a los últimos niños a las clases y charla con sus profesores.

Caseta de salida, cronometraje, presentador. Postes, espectadores al borde de la pista. En la carrera de esquí infantil, que tradicionalmente da cierre a la semana de la escuela de esquí, todo es «como en las de verdad». En consecuencia, todo el mundo espera con impaciencia. Niños, monitores de esquí y padres. Es de lo mejor de la semana. En solo una semana la clase se ha convertido en un grupo donde reina la complicidad. Todos quieren demostrar lo que pueden hacer. A los demás, al monitor de esquí y a los padres.

La carrera de esquí infantil es también el punto culminante de la semana para el director de la escuela de esquí. No importa lo malo que sea el tiempo ni cuántas tareas lo esperen en la oficina de la escuela. El jefe se encarga de la entrega de medallas. Tiene una pequeña historia lista para cada clase, sonsaca información a sus instructores de esquí y bromea con los padres. 

Noldi Heiz disfruta de estos momentos junto a sus monitores de esquí, los niños y los padres. Aquí está en contacto directo con los visitantes y siente que su equipo y él están haciendo un buen trabajo. Cuando, después del trabajo, se encuentra con niños en el restaurante que todavía llevan la medalla, está convencido: ese premio les recordará las vacaciones de invierno en Arosa. Y hay muchas posibilidades de que vuelvan.