Museos de visita obligada

En la década del 70 del siglo pasado se dejó de demoler las antiguas casas de campesinos, establos, hornos o graneros cada vez que había que construir algo moderno. Y en vez de su total destrucción, se los comenzó a desmantelar piedra por piedra para reconstruirlos posteriormente en el Freilichtmuseum Ballenberg (Museo al Aire Libre Ballenberg)..

Con la inauguración del Forum Würth Rorschach ha comenzado su actividad el decimoquinto espacio museístico de la colección Würth. Situado a orillas del lago es, tras Arlesheim y Coira, la tercera sede en territorio suizo.

Obras hechas sobre y detrás del vidrio. Esto es lo que exhibe este particular museo en Romont, el Museo Suizo de Vitrales. Desde vitrales medievales hasta obras de arte de la pintura inversa en vidrio, de las cuales Romont tiene la mayor colección del mundo entero.

Construido en el siglo XVIII por Louis Guiguer, un banquero suizo residente en París, en el Castillo de Prangins se han alojado ilustres huéspedes como Voltaire o José Bonaparte. Dominando el lago Lemán, este bello edificio catalogado como monumento histórico alberga hoy en día el Museo Nacional Suizo.

¡Toque, por favor! El Technorama es uno de los mayores centros científicos de Europa y, con su variedad única de experimentos, ofrece posibilidades casi inagotables para experimentar la ciencia de forma divertida y educativa.

El museo más visitado de Suiza presenta de forma vivencial y variada el pasado, el presente y el futuro de la movilidad. Además de los museos, atracciones únicas por toda Suiza, como la sala de cine Imax, el Planetarium, la Swiss Chocolate Adventure o el Media World invitan al descubrimiento.

La Fundación Martin Bodner se cuenta con 150.000 obras en unos 80 idiomas entre las bibliotecas privadas más grandes del mundo.

Queso gruyer hay mucho. Cada año se producen varios miles de toneladas de este queso duro que cuenta con Denominación de origen. Sin embargo, una moderna quesería, con demostraciones de la fabricación de queso le Gruyère DOP es "La Maison du Gruyère”.

Desde 1951, la antigua escuela secundaria cerca del parque de la ciudad ha albergado alrededor de 600 pinturas y dibujos de artistas suizos, alemanes y austriacos. Se lo debemos al mecenas del arte de Winterthur, Oskar Reinhart.

El Ittinger Museum y el Kunstmuseum Thurgau son el corazón del centro cultural y de convenciones Kartause Ittingen. En el antiguo monasterio cartujo, idílicamente enclavado en Frauenfeld, cantón de Turgovia, vivieron durante siglos las comunidades monacales.

El castillo Oberhofen, con su torre de homenaje medieval y la pequeña torrecita en medio de las aguas del lago, está ubicado a orillas del lago de Thun. La construcción, que data de principios del siglo XIII, alberga en su interior un museo y su parque es considerado como uno de los más suntuosos de la región alpina.

Desde Urs Fischer hasta Ugo Rondinone pasando por Yoko Ono: el Museo Migros de Arte Moderno está consagrado por completo al arte contemporáneo y ha encontrado el lugar perfecto para ello en el recinto Löwenbräu.

La colección es una de las más importantes del país. Sin embargo, el Kunstmuseum Bern (Museo de arte) tiene mucho más que ofrecer que una excelente colección: es también un lugar de reflexión acerca de las actuales corrientes artísticas.

El Museo Cantonal de Bellas Artes de Lausanne, inaugurado en el año 1841, es uno de los museos más antiguos de Suiza dedicado exclusivamente al arte. El museo alberga varias exposiciones temporales al año, que se crean con las más de 10 000 obras de la amplia colección.

El “museo sonoro” de Seewen, en el cantón de Soleura, es un museo federal que alberga una colección de instrumentos mecánicos de importancia internacional. En él, los visitantes emprenden un viaje a través de la historia de la música mecánica que les lleva a debatirse entre la mecánica de precisión y la magia de nostálgicas melodías.

Experimentar las Olimpiadas en primer plano, sentir con los atletas y seguir la historia de los juegos desde la Antigüedad hasta la Época Moderna gracias a la informática y los medios audiovisuales más modernos: en el Museo Olímpico de Lausana todo esto es posible.